otro poema otro
Parpadeante luz, nos atrapó encendida
y vos que bebiste el veneno fulminante
indefensa, sin fuerzas caíste rendida
abandonaste al fin el impulso danzante.
Cabellos negros llovieron con tristeza,
se apagó el fuego, pero aún perdura
el leve humo cargado de ternura
fresca ceniza que mi boca besa.
http://ehamigo.blogspot.com/2010/03/reescritura.html
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