Saturday, March 13, 2010

reescritura

La parpadeante luz que oculta tu belleza
te cegó, y lentamente caíste
tan fuerte fue el veneno que bebiste
suave carga que en mis brazos pesa.

Cabellos negros llovieron con tristeza,
se apagó el fuego, pero aún perdura
el leve humo cargado de ternura
fresca ceniza que mi boca besa.

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